descansaba confundida sobre la tibia hierba
entonando taciturna una frágil melodía.
Silenciosa contemplaba la ligera lluvia dorada
y la fragancia azul del rocío
que atrevido caía sobre mi hombro.
Sigo contemplando silenciosa los capullos frágiles de la noche vagabunda
Y la radiante belleza de la naturaleza nocturna
envuelta en la fantasía angelical de la poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario