Dormitando bajo la luna
siento caer sobre mi rostro
tenues gotas de rocío.
Siento el canto de la noche
de los grillos escondidos
bajo la escarcha de un suspiro.
El silencio conspira con la frágil figura
de esta demencial noche,
noche coqueta
de eternos sortilegios
de voces silenciadas,
de tristes poemas azules.
Hoy siento caer en mi rostro
los reflejos plateados de la luna y siento el grito de las sombras
y el canto nocturno de
un frágil otoño que acaba en llanto.
Excelente poema
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