Aún recuerdo esas largas miradas
que solías esconder en tus pupilas de cristal.
Dormías con el arrullo de la luna
inquietante,llorosa, aturdida
por los ruidos fantasmales
de la lluvia de marzo.
Despertabas y corrías por la casa
paternal inventando largos cuentos
de papel, aquellos que aún se mecen
en el árbol viejo de aquella casa
donde jugueteabas con los gatos
negros y solitarios que soñaban junto a ti
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