viernes, 10 de junio de 2011

Ay... soledad


Desapareció cual  brisa de enero
entre el anochecer  y la madrugada
Y mis ojos se quedaron húmedos
entre la niebla mojada de aquel invierno
Temblé de dolor encogidos los hombros
Y la desnudez de mi alma oculta
entre las sombras furtivas de la noche.
Me quedé llena de inquietudes intentando
comprender las  misteriosas caras de la luna
Entre las sombras grises me perdí
 ¡Ay con esta soledad del alma mía¡.


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