jueves, 7 de abril de 2011

NOCTURNO

Bajo el cielo infinitamente estrellado
descansaba  confundida sobre la tibia hierba
entonando  taciturna una frágil  melodía.
Silenciosa contemplaba la ligera lluvia dorada
y la fragancia azul  del rocío
que atrevido caía sobre mi hombro.
Sigo  contemplando  silenciosa los capullos frágiles de la noche vagabunda
Y la radiante belleza de la naturaleza nocturna
 envuelta en la fantasía angelical de la poesía.

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