miércoles, 6 de abril de 2011

LILY


            A la muerte de mi hermana
                  
El destello de sus lágrimas azules resbalaba como agua pura entre mis manos
Su asombro  al escuchar la dulce prosa religiosa que se escapaba de mis labios
La imaginación que rebota en los sentidos y mis lágrimas calladas en la nostalgia del ayer, traspasaban el umbral de lo  real
Estaba frente a ella y su dolor. Su apacible figura se avergonzaba del momento crucial que vivió en esos años de sombras y nostalgias. Era la madre que moría lentamente frente a mí  y yo destrozada, el alma en mil añicos  oraba torpemente como queriendo aferrarme a la única esperanza
El cristal se había roto, la vida se esfumaba como  sorda a mis llamados. Era tarde la oscuridad comenzó a invadirnos  y sus ojos moribundos se cerraron con la misma inquietud de aquellos tiempos de soledad y  vacío.
Se fue en setiembre nunca la voy a olvidar.
          “Fuiste una lección”

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